Como nos muestran Maturana y Dávila, en la Biología-Cultural lo que abstraemos al distinguir criterios de valides es lo que implícita o explícitamente esperamos que se satisfaga para admitir algo como válido. Es una condición que uno pone en su sentir y en su escuchar, de manera tal que si se cumple uno acepta como valido lo que escucha o siente. Este es un asunto muy importante para comprender el fenómeno de la cognición humana como fenómeno biológico-cultural. Todas las grandes preguntas epistemológicas implican atender a esta cuestión. Y en el vivir cotidiano en cada instante uno implica en su escuchar uno o mas criterios de validez que uno adopta y desde donde escucha. Es decir, uno nunca escucha en el vacío, uno escucha siempre desde algún lugar, entonces uno no escucha lo que el otro dice sino, que escucha lo que escucha que los otros dicen. Y por ende no se puede especificar lo que el otro escucha, por eso a Maturana y Dávila les gusta reiterar que ellos son responsables de lo que dicen pero maravillosamente irresponsables de lo que el otro escucha. Ahora bien, esto no quiere decir que sea lo mismo que actuar irresponsablemente por la relación con el otro, si el otro me importa me ocupo de saber si entiende lo que quiero decir, es decir no soy responsable de lo que el otro escucha pero si de la relación.
Como nos muestra la comprensión del diagrama epistemológico-ontológico de la Matríz biológico-Cultural de la Existencia Humana, se pueden distinguir dos modos básicos de escuchar :
MODO 1
Escuchamos para descubrir si lo que el otro o la otra dice coincide o no con lo que pensamos. Escuchamos buscando una verdad, con la que podamos estar de acuerdo.
MODO 2
Escuchamos para descubrir dónde es válido lo que el otro o la otra dice. Escuchamos para descubrir el criterio de valides desde donde dice lo que dice.
¿Y qué oímos? En el modo 1 nos escuchamos a nosotros mismos, sin llegar a oír al otro o la otra, sin atisbar siquiera el criterio desde donde habla. En el modo 2 escuchamos al otro o la otra, descubrimos el criterio que el otro pone en su escuchar.
Y las consecuencias de estos escuchares son:
Modo 1: Cerramos los espacios de conversación reflexiva y colaborativa. Abrimos el camino hacia relaciones de exigencia y sometimiento. Se escucha desde poseer la verdad.
Modo 2: Abrimos los espacios de conversación reflexiva y colaborativa. Abre el camino hacia relaciones de co-inspiración en el mutuo respeto. Se escucha desde el respeto por si mismo, y por el otro o la otra.
Un buen ejercicio reflexivo consiste en atender al propio escuchar para distinguir no solo ya lo que se escucha sino el criterio desde donde se escucha, también se puede hacer con otra persona en una conversación reflexiva jugando a descubrir desde donde piensa cada quien que lo que dice es como dice que es.
Descubrir algunos criterios de valides que cotidianamente tienen presencia en nuestro habitar puede resultar un delicioso ejercicio, sorprendente y a veces liberador, ya que al observar nuestro observar podemos descubrir multitud de pautas y criterios que no necesariamente quisiéramos seguir conservando en nuestro vivir. Por lo demas nos permite ampliar nuestro escuchar en el espacio relacional con otros.
P.d. El lector sagaz se habrá dado cuenta de que él o ella ha escuchado lo que aquí leyó, también desde algún criterio de validez, y quizás lo hizo del modo uno o desde el modo dos. Da para reflexionar 😉
[…] ¿En que consiste un criterio de validez? abril, 2010 4 […]