El análisis de los sistemas-mundo generado por Emmanuel Wallerstein y desarrollado por sus colaboradores nos habla de lo que llama la crisis estructural del capitalismo, desde una visión que integra ciencias sociales e historia amen de una profunda reflexión epistemológica.
La Biología-Cultural generada por Humberto Matruana y Ximena Dávila, y que se va enriqueciendo por parte de la comunidad en torno a ella, nos muestra que también estamos en una encrucijada histórica, pero lo hace con una visión de aún mayor alcance (histórico y epistemológico), nos habla de las eras psíquicas de la humanidad desde el origen humano hasta la posmodernidad pasando por el surgimiento del patriarcado-matriarcado. Y abriendo la mirada a una posible era en la cual nos encontraríamos en transito, una era pos posmoderna, pero que sólo realizaremos y conservaremos si convivimos una transformación cultural muy de fondo en la que nos reencontremos con nuestra naturaleza primaria de seres espontáneamente éticos y colaboradores que hoy se hayan enajenados por la cultura de la negación mutua y la omnipotencia.
En esta breve nota reflexionaré solamente enlazando algunos de los elementos que veo hacen parte del mismo dominio experiencial en nuestro presente, como parte de una civilización capitalista (500 años) y como parte de la historia cultural del patriarcado (9 mil años). En posteriores post ampliaré estas reflexiones y distinciones, las que no surgen de un entremezclar ecléctico de teorías, sino que desde el trasfondo epistemológico unitario de la biología-cultural me moveré integrando las distinciones con fundamento experiencial que presenta Wallerstein, y lo haré como deducciones posibles, en el campo de la historia cultural, de ese gran mecanismo explicativo que es la Matriz Biológico-Cultural de la Existencia Humana.
En la historia del capitalismo la tendencia a sido, por una parte, el aumento de la producción y la plus valía, y por el otro, el aumento de los tres factores de costo a pagar: Insumos, personal, impuestos. Hay condiciones estructurales aumentando hace 500 años el costo de los factores a nivel mundial y hoy las contradicciones internas del sistema económico-político-cultural impiden que se pueda conservar la incesante acumulación de capital en grados significativos (significativos según el criterio canónico de los grandes capitalistas). El neoliberalismo se inventó en la década del 80 para revertir la tendencia desregulando los mercados nacionales en la búsqueda de reducir estos costos. Y se lo presentó como el único camino posible, como el fin de la Historia; “There is no alternative” en la famosa frase de Margaret Tatcher. Sin embargo la deriva evolutiva y cultural de los seres humanos no está guiada ni por los recursos ni por las oportunidades, sino por las emociones y especialmente los deseos en el curso de la conservación del bienestar. Can always be alternatives. Después del crac económico del 2008, que genero la actual depresión mundial, es más fácil distinguir que el neoliberalismo fracasó en su misión. Por doquier los gobiernos del primer mundo se encuentran en el lado proteccionista del pendular ciclo económico. Hay 2 caminos que ahora se abren frente a nosotros; una convivencia más igualitaria en la que coinspiremos maneras de redistribuir la plusvalía y detengamos y hagamos retroceder la incesante mercantilización de todo, o una convivencia donde se extremé aún más la apropiación y exclusión generadora de discriminación, pobreza y daño ambiental, una convivencia en que ya ni siquiera se busque justificar y esconder ideológicamente las desigualdades sino que se las de por sentado. Una sociedad de grupos donde el Estado no es garante de las personas y las mafias se adueñen de todo. Esto es la crisis estructural del capitalismo (Wallerstein). Y quizás la crisis de la cultura patriarcal-matriarcal (Maturana & Dávila) lo que nos permitiría pasar a otra Era, una centrada en la ética, la coinspiración y la colaboración. Donde podamos realizar y conservar una sociedad mundial inclusiva y ecológica en armonía entre individuo y sociedad y entre biosfera y antroposfera. ¿Que mundo queremos vivir? Sea el que sea, depende de nosotros. ¡La Historia la hacemos las personas!
Después de la revolución mundial de 1968 el liberalismo centrista perdió su hegemonía ideológica unilateral, retornaron el conservadurismo y el radicalismo. La Historia está de parte de nadie, no es en si, y no existe el progreso inevitable. Viviremos según sea lo que conservemos al centro de nuestra convivencia.
No hay recetas por cierto, pero sin conversaciones reflexivas serias, por parte de todos y estando dispuestos a abrir mano de nuestras certidumbres, seguiremos el curso de una convivencia más injusta y autodestructiva. La colaboración no es una opción si lo que queremos es un mundo en que quepan todos los mundos, es una condición de posibilidad.
Para ver más de Biología-Cultural visite: www.matriztica.org
Y sobre el tabajo de Wallerstein en el Fernand Braudel Center: http://fbc.binghamton.edu/